Al terminar la escuela media , los jóvenes tienen en sus manos una responsabilidad : la de elegir una carrera , algo que les interese y a lo que puedan dedicarse laboralmente , tal vez durante toda la vida.
Sin embargo , esta decisión casi nunca está enteramente puesta en manos sólo de los jóvenes , los padres también tienen una gran influencia en la elección. Cuando la opinión familiar no coincide con los propios deseos y la vocación del joven , surgen problemas , enfrentamientos y disputas.
Todo queda en familia
Los padres intervienen en la decisión de sus hijos pensando en su propio bien , más allá de que puedan estar equivocados. Por ejemplo , es muy común que ciertas familias sigan una carrera tradicional y es normal que impulsen al hijo a seguir la tradición.
Sin embargo , puede ocurrir que el joven no sienta deseos de seguir los pasos de sus padres. En este caso , los padres deberían respetar su deseo , aún cuando consideren que su hijo está desaprovechando una oportunidad.
Malas experiencias, buenas experiencias
Tanto el triunfo como el fracaso de un padre en cierta carrera , puede influirlo en que intente guiar la vocación de su hijo. Por ejemplo , si una madre sufrió porque no pudo estudiar música por tener que trabajar , es posible que impulse a sus hijos a cumplir el sueño que ella no pudo vivir.
Por el contrario , un padre al cual lo obligaron a seguir una carrera que no le trajo satisfacciones , es posible que deje a su hijo en libertad para seguir algo que le guste.
Buscar el propio camino
Debemos escuchar siempre las experiencias que nuestros padres quieran transmitirnos. Sin embargo , hay una diferencia entre escuchar sus consejos y dejar que ellos decidan por nosotros. Es fundamental que comprendan que la carrera es una elección muy personal que determina en gran parte nuestro futuro.
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